lunes, 9 de mayo de 2011

Cómo Va El Pulso De La Educación Pública En Colombia.


Cómo Va  El Pulso De La Educación Pública En Colombia.

H
ace algunas semanas el tema de la educación superior se perfilo fuertemente en boca de muchos analistas que daban su posición frente a lo que estaba ocurriendo dentro de las universidades, tema que sembró terror en la opinión universitaria, por  la llamada reforma a ley 30, que no es más que la entrega de la autonomía universitaria al sector privado como lo manifestaron algunos columnistas y críticos.
Los informes noticiosos presentados durante  estas últimas dos  semanas han dejado por fuera el tema de la educación, posicionando como es particular, temas que desdibujan por completo esta situación, y que terminan por desviar la verdadera realidad que afronta la nación, con titulares como: ¡se destapa un nuevo escándalo por carrusel de la corrupción!, ¡se logro al fin terminar con el líder de Al Qaeda  Osama Bin laden!, ¡La boda del príncipe Guillermo,  un respiro para esta época de tanto dolor e invierno!; en fin los medios han hecho perder la relevancia del descalabro de la educación pública que en este momento debería ocupar un lugar  preponderante en la opinión pública, en los cuadros intelectuales y grupos afines que permanentemente titubean sobre el radio de esta problemática que agrede  la educación superior.
Hay quienes lo han recordado en algunas columnas de opinión, solo para desprestigiar las vías de hecho tomadas por los estudiantes, aquellos que solo han reflejado su espíritu  combativo, ratificando su  compromiso por la defensa de lo público; y de lo que se alcanza a subrayar  el  uso de estos tipo de espacios para la politización del estamento estudiantil enfatizando en la pura necesidad de movilizarse para la exteriorización del problema. Insisten en convocar una mayor participación por parte de organizaciones sociales que ahonden en el análisis de la situación y no simplemente se agote en una simple reivindicación de una ley, sino que construya una lucha en contra del modelo neoliberal y la continuación de la apertura económica y política profundizada por los últimos gobiernos de turno.
El otro tema por reflexionar es la campaña realizada por el viceministro de educación Javier Botero en su gira nacional por las diferentes unidades académicas, en la que se aseguró desde un principio  que se agendarían  las  apreciaciones y posiciones de la opinión pública y los panelistas invitados, para tenerlas presente en el proyecto reformista de la ley 30, que se concretara el 20  de julio, esto se podría definir como un vil montaje de los que se han visto involucrados en las dinámicas políticas de Colombia.
Los fines  de la reforma a la ley 30 son perjudiciales, pues terminan disminuyendo la calidad del sistema educativo, sin darle merito al actual régimen de educación que es el fruto de la ley 30 de  1992 en la cual esta contenidas varias de las fallas y ajustes mezquinos que han logrado su objetivo, que no es más que “la muerte de las universidades”[1], muerte que se deja notar en los argumentos empleados por la ministra de educación  y  hoy alcaldesa de Bogotá María Fernanda campo,  quien responde ante la pregunta, de cómo desenvolver la propuesta de reforma que se ha venido presentando en este “buen gobierno[2]; -“en primera instancia se pretende el aumento de la cobertura de los estudiantes en la universidades”, a lo que  ella señala “se puede lograr el salto con la incorporación de nuevas tecnologías o de programas y clases virtuales, además de aprovechar la infraestructura actual[3]. Esta respuesta deja entrever  la tendencia simplista y reduccionista de la educación en Colombia, que estriba a la anulación del pensamiento crítico y a la apertura de las relaciones bilaterales de las empresas privadas subsanando el desplome financiero de la educación, y por otra parte una educación al servicio del mercado, garantizando la mano de obra cualificada, con  la que pretenden tener un alto porcentaje de clase trabajadora disponible (en espera) y una fuerza de trabajo ejerciendo fuerte competencia que  prolongue la función abaratadora de los salarios.
No queda más que resucitar viejas luchas, politizar el grueso del estudiantado y dar la pelea frente a la reforma a la ley 30 y a todo ese sistema que bien lo expone Gloria Bermúdez Barrera, quien en consonancia con lo planteado advierte (…)las reformas neoliberales a la educación superior se profundizan con el Plan de Desarrollo “Prosperidad para todo”, a través de la política “sistema de formación para el capital humano”, que contemplan profundizar las diferencias de clase al incentivar una educación pobre para pobres que sigan reproduciendo el rol social de obreros/as, al impulsar exclusivamente la educación técnica y tecnológica.”[4], ante esto se espera una ola de lucha y reflexión en el actual contexto frente a la reforma a la ley 30, en salvaguardia de  la defensa a la educación pública.

NO A LA REFORMA A LA LEY 30 
            NO AL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO

Jhondany Jojoa Andrade
Colectivo Trabajo Social Crítico Manizales


[1] Eagleton Terry, La Muerte De Las Universidades, profesor de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido, Revista Cepa, Volumen III mayo 2011 p.80

[2] Expresión utilizada en el proyecto de la reforma como índice de garantía.
[3] Revista semana edición n 1509 p.47
[4] Bermúdez Barrera Gloria, Movilización Social Y Politización Estudiantil,  Centro De Documentación Orlando Fals Borda,Revista Cepa,Volumen III mayo 2011 p.72

No hay comentarios:

Publicar un comentario